Sustainability: part of the company’s DNA… or just a communication strategy?

¿Sostenibilidad el ADN de la empresa… o solo estrategia de comunicación?

El impacto que tenemos como consumidores es mayor de lo que solemos percibir.

Hoy muchas empresas hablan de sostenibilidad. No olvidemos que el concepto de desarrollo sostenible nació como respuesta a un modelo de crecimiento insostenible , y quedó definido en el Informe Brundtland “Our Common Future” (Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, 1987)*.

*Fuente: Pacto Mundial → https://www.pactomundial.org/noticia/sostenibilidad-la-unica-apuesta-por-el-futuro/

La sostenibilidad ya no es un valor añadido: es un pilar imprescindible

En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en una de las grandes tendencias globales. Pero más allá de tendencias, el contexto internacional es claro: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 y los informes sobre riesgos globales apuntan en la misma dirección:

  • Debemos repensar nuestros modelos de negocio, nuestros hábitos de consumo y el impacto real que generamos como sociedad.

La sostenibilidad ya no es “algo extra” ni una acción puntual de responsabilidad corporativa.
👉 Es una necesidad estructural que condiciona el futuro del planeta y la resiliencia de cualquier industria.

A veces puede parecer una moda. Pero no lo es. Hoy es, sobre todo, una exigencia del consumidor , y el mercado se está adaptando. Tanto es así que muchas organizaciones han creado departamentos específicos de sostenibilidad para responder a esta presión social.

Y aquí aparece la pregunta clave:

¿Esta empresa está transformando su modelo desde la base para ser realmente sostenible, o simplemente se está adaptando a lo que el mercado exige en este momento?

Como consumidores: ya no tenemos excusas

Hoy tenemos acceso a una enorme cantidad de información.
Las marcas informan, comunican, publican datos y certificaciones. Y con solo dedicar unos minutos, podemos contrastar:

  • si una empresa utiliza materiales sostenibles o procesos responsables,
  • si sus decisiones son coherentes,
  • si su cadena de valor está alineada con lo que comunica,
  • o si, simplemente, está haciendo greenwashing .

Recordad, que la transparencia ya no es un lujo: es un requisito básico.

Ser críticos no es penalizar: es entender la diferencia

No es lo mismo incorporar acciones sostenibles “a posteriori”, cuando el mercado lo exige, que nacer con un modelo construido sobre una base sólida, ética y consciente .

Esto no significa que no debamos valorar a las empresas que se están adaptando, todo avance suma. Pero tampoco debemos olvidar a aquellas que llevan la sostenibilidad en su ADN desde antes incluso de existir formalmente: en su propósito, en su misión y en cada decisión estratégica.

Para estas empresas, llegar hasta donde han llegado ha supuesto multiplicar esfuerzos y costos, asumir riesgos y construir un modelo que muchas veces no era el más fácil ni el más rentable a corto plazo.

La coherencia es lo que marca la diferencia.

Los certificados pueden demostrar que “lo están haciendo bien”, pero lo que realmente diferencia a una empresa es la coherencia de su modelo :

  • donde se vende la marca,
  • con quién se relaciona,
  • qué cadena de valor construye,
  • y qué impacto genera a largo plazo.

Valorar y apoyar a empresas que nacen con esta mentalidad no solo tiene un impacto positivo en nuestro entorno; también impulsa un mercado más transparente, honesto y responsable.

Ser críticos a la hora de comprar ya no es un acto individual: es una responsabilidad colectiva.

Porque la sostenibilidad de verdad no se improvisa: se construye desde la base.

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